domingo, enero 14, 2007

A mala cara, buen tiempo

Dicen que no hay dos sin tres y en esto David Estrada padre es el campeón. Después de que le operaran, hace mucho tiempo, cuando todavía estaba loco por las puntillitas de Sevilla, a corazón abierto, recientemente también tuvo que ponerse un stend -como una pinza- para que sus venas no estallaran (más o menos, lo mío no es la medicina de infarto, yo sé más de cabeza...). Y cuando arribamos nosotros a la ciudad de la eterna primavera (de vez en cuando parece la del otoño por esos tormentones tropicales que caen), le estalló el corazón de la emoción y se puso otra vez enfermo. Tenía dos anaurismas en la aorta y, aunque el estaba con su típica careyate, la cosa se puso seria.
Gracias a Camila y su insistencia David papi, suegro mío, fue intervenido y ahora lleva un mes de recuperación y ya tiene buena cara, supongo porque aquí hace muy buen tiempo. Estas fotos son de su preparatorio para la operación. Aunque parece fatal, cuando le dí de comer quería más y más porque si algo tiene David Estrada padre es que es un tragón, además de esa fuerza y ese corazón dorado -por los años y por la forma de querer-.

No es que me vaya a llevar ninguna herencia, es que estos meses han sido extraños y preciosos al mismo tiempo: David tenía un sentimiento doble: preocupación pero también una alegría inmensa por poder pasar este rato tan maluco con su papá, después de tanto tiempo y tanta distancia (el gran charco los alejaba). David junior y Camila hicieron un tándem que ni el putas para poder llevar adelante la recuperación del Senior, que ya va a tomarse sus tintos (café solo) al Pomona.


La experiencia les ha servido a los dos para unirse aún más y se les ve tan felices desde fuera que uno empieza a pensar que a veces la vida te da palos para poder apreciarla. Yo de esto no sé nada....

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