Poco a poco uno se va haciendo a nuestra casita, que es lo más importante que uno tiene que tener para sentirse bien: un buen hogar. Y, a pesar de que yo ya dije que David era mi casita -jjjuuuuuuuuuu, que tía más pegasosa- hay que ser realistas: el apartamentico es una chimba. Sobre todo porque vimos pisos más nuevos pero el encanto lo tenía este. El pájaro que vemos ahora se llama azulejo y lo vemos todas las mañanas en nuestra terraza o mientras estamos tecleando en la computadora (el ordenadó). Los atardeceres, (Selu, ya sabes, soy coleccionista) son algunas veces increíbles y nuestra nevera (el frigo de toda la vida) es muy tierna, pero hay que descongelarla una vez a la semana...a caballo regalado...
domingo, enero 14, 2007
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