Hay un pueblo muy cercano a Medellín (una hora más o menos) en el que todo parece más bonito. Primero porque el clima es caliente (nota: aquí se pasa de clima caliente a frío en una hora, otro día lo explicaré) y segundo porque es muy colonial. De hecho fue la capital durante mucho tiempo. Santa Fe de Antioquia, al igual que otros lugares de este país, es uno de esos rincones a los que escaparse -preferiblemente en semana- y nosotros lo hacemos. Incluso pasamos allí Halloween, día en el que miles de loquísimos bajitos se disfrazan y demandan tantos caramelos que ni los reyes magos de Sevilla podrían abastecer.
Algunos iban disfrazados de puta madre, que ni el putas y David aprovechó para darle a la cámara con muchísimo gusto.
Para mí el mejor disfraz fue el del pollito, el que está al lao del Cardenal, Papa o lo que quiera que quisiera ser: el pollito no tenía más de un año y medio y le daba unas patadas a un globo que ni Ronaldinho. En serio, una promesa para el fútbol internacional.
domingo, enero 14, 2007
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