jueves, octubre 26, 2006

Paky o Doña Paquita

Escribir sobre uno mismo...Bueno, a mí también se me ven arruguitas... De felicidad por poder tomarme una cervezita. Claro, aquí todo se puede no? Pues también beber un poquitico para creer que estás a miles de kilómetros de Gerena y....de la Enkarnu. Ahora mismo soy un cerebro abierto y no en el sentido que estais pensando sino en el de absorber como una esponja que no sea del Mercadona todo lo que me está pasando. El quiubo sólo es la entrada, después hay que adaptarse a una forma de ser maravillosa, a un lenguaje con una entonación melódica y a la pregunta ¿de dónde es usted? Fijáte que yo intento aparentar en los taxis, pa que no me cobren más, pero es que alguien ha tenido que mandar un correo de esos masivos con el mensaje: cuidado hay una sevillana por Medellín....Toíto el mundo se da cuenta de donde soy pero aquí me llaman Doña Paquita, Pati, Pari...Ni caso.
Yo, mientras tanto, estoy como en las nubes, como se puede comprobar en la foto adjunta,
moviéndome y riéndome, bailando cual Shakira en medio del campo y ¡ojo !sin que nadie me mire. Pa mi sola. La verdad es que no me cuesta mucho hablar y conocer gente... Lo que es entender, merece una entrada de blog aparte. Pero me voy a preparar más que un kumis con los conocimientos que he adquirido viendo telenovelas, sobre todo mi querido Pedro El Escamoso. Por cierto, no vayan a ver Sin Tetas no Hay Paraíso, recomiendo, como aspirante a paisa, Sin Esas No Hay Para Eso. Ah! La foto tipo El Correo de la Provincia es para el restaurante Naranja, de la distante pero no olvidada Alameda de Hércules, donde está mi famila.


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