El primer sanandresito que hemos vivido en Medallo es un mercadillo muy popular llamado San Alejo, que se instala en la plaza Bolívar el primer sábado de cada mes. Es una suerte de zoológico humano y artístico donde, sin problema alguno, puedes encontrar todo lo que no te haga falta. Sí, lo que no necesitas... Pero tiene unas preciosidades que, aderezadas con el ambiente que allí se respira, invitan a rascarse el bolsillo y buscar plata para comprar un Sagrado Corazón o unos aretes de pluma de guacamaya, o bien una cigarrera bien antigua con música. Todo un bául de lo recuerdos, un cajón desastre para los amantes -como yo, soy Paky- de comprar lo bello y prescindible.
jueves, octubre 26, 2006
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