jueves, octubre 26, 2006

Otro mundo, otras procesiones

Con una procesión nos dimos cuenta de que estábamos en otro mundo, lejos de nuestra patria. La Virgen del Rosario, el dia 7 de octubre, procesionaba desde su iglesia por todo el centro de Medellín con los paisas con una vela prendida rezando el Santo Rosario. Pero la imagen no iba montada en ningún paso de palio o de gloria o como se llame (esa nomenclatura...). Un pick-up, un camión, transportaba a la Virgen por las calles repletas de devotos de todos los colores y todas las edades y nosotros abríamos los ojos con gran asombro, sorpresa y admiración. Luego de pasear con la hermandad nos propusimos dar una vuelta por el centro, paseo que interrumpimos a cada rato: había tantas cosas que mirar...
Incluso a nosotros mismos pudimos vernos, en varios espejos dispuestos para cortar nuestra imagen y hacernos reflexionar dónde estaba el cuerpo, dónde la cabeza..
Anochecía, seis de la tarde, y nuestro primer viaje por el centro se acababa. Llegamos a casa con una conclusión: la fe, que mueve montañas, tiene distintas tonalidades, diferentes matices, pero en el fondo todo se resume en que el ser humano necesita algo en lo que creer. Tanto acá como allá, independientemente de cómo esté el país.

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