Armar paseos significa planear viajitos con el condicionante de que estamos...En Colombia! No es fácil creerlo aún. Por cierto que el verbo armar sirve para algo muy importante acá: armar varillo es hacerse un porro. Imagina armar un paseo mientras armas un varillo. Es tenaz. Te hace amar el verbo armar. Uno de esos deliciosos paseos comenzó en Pantanillo y terminó en El Retiro. Allí, rodeados del verde que te quiero verde, nos enteramos de qué es un ojodepoeta o de cómo se saca la escopolamina y de cuáles son sus usos. Un parche del "jugo" del árbol denominado Borrachero puede dejarte como un autómata. Aquí, como en otros muchos países, se usa de las dos maneras universales: la buena y la mala. Como todas las drogas, pues. Armando que te armando emprendimos otro paseo rumbo a Carmen del Viboral, un encantador pueblo donde comimos unos frijoles bostonianos, trucha y hamburguesas. También fuimos a La Ceja, donde pasamos rico, delicioso en jerga paisa. Lo pasamo flipante, sabe, en jerga alamedera. Desto que no conoces a la gente pero disfruta, sabe?
jueves, octubre 26, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario