viernes, noviembre 23, 2007

Los escalones de Antonia la del Pan


El número fátidico, el de los 33, el de Jesucristo, el de ya "vas pa vieja" ,ha llegado hoy. Llamó a mi puerta y ni me enteré. En ese momento estaba en otros menesteres mucho más saludables (adjunto foto), como para decirle hola año nuevo qué tal está usted. No fui muy educada pero no por dármelas de indiferente(vi la serie Treinta y tantos), más bien fue porque, sinceramente nena, me importa un pepino. Cumplir años a veces es como volver atrás, sentirse más viva y con más libertad, el dejar hacer francés, tener más pelitos y peinar las primeras canas. Asumiendo el riesgo de resultar estúpida y, por supesto repetitiva, me siento la misma de ayer (obviamente).

Soy la misma que se sentaba con Isabeli, con Gaby y con mi hermana Chary en los escalones de mi calle para comentar como si mi querida Encarni /la enkarniiiii/ venía o no. O si Mariló le daba por llegar para estudiar juntas por las noches y enriquecernos mutuamente de los primeros acercamientos "amorosos". La misma que, después de comer, se iba a ese rinconcito (el de la casa de Antonia la del Pan) para que los vellos se le pusieran de punta con el sol.

Soy la misma que hacía esperar a mi prima-hermana-amiga Chari para salir una noche y marcarnos un "la noche es joven" bien armadas con la última moda de Solana. O a Ana Mari. O a Estela. A Espe, a Rita, a mi Belén....Esa plaza era nuestra vida. Un poco más tarde aparecería el generoso Selu, José Luis.

Seguí siendo la misma cuando entré en el instituto y conocí a Cae, a Tere. Con la última hice alguna que otra trastadilla y, aunque no me sentaba en los escalones, sentía lo mismo estando en su compañía en el instituto, tomando alguna cerveita y bocadillo de chorizo para desayunar. Con Cae pasó lo mismoy ella fue "hermanita" durante muchos años. Nos visitamos de manzanilla en manzanilla como si de un pacto de sangre se tratara.

Fui la misma cuando, llegado el COU, me di cuenta que el tiempo pasaba. Me di cuenta de que tenía unos hermanos más jóvenes que pasaban por lo mismo que yo: Álvaro y Domi, mi sagrado Domi (tu nick lo dice todo), mi estimado Álvaro (tu pregón y mis lágrimas). Más tarde, y sin darme cuenta, nacieron dos más, el bendito Ismael y el pequeño Sergio (ya es un hombre, 16).

Comenzé a pensar que cambiaba de ser, que me alejaba de Antonia y sus escalones, al llegar a la universidad,pero me dí cuenta de que seguía siendo la misma, la hija de Gregorio (tunante, milagroso y bendito como papi) y de Josefa (la paciencia, el amor sin que se note, la maaaaaaadre). Esos escalones fueron reemplazados por otros pero, en el fondo, yo siempre he rememorado a esos otros, los genuinos, los de los tiempos en los que era chica y flaca como un grano de arroz.
En la universidad encontré a muchos amigos entre ellos y por encima de todos a Marian, mi querida e inseparable Marian, y a la inigualable Ana, con la que no me hace falta hablar para saber que cuento con ella y tampoco cuando estoy con ella hablo mucho, nos entendemos. También me topé con los autodenominados TiranoS: hombres que me enseñaron muchísimo. Allí conocí muchísima gente sobre todo cuando faltaba a clase y eso era casi a diario. Fueron días increíbles que marcaron mi vida: Paco Paños, Dani Pinilla (no te vas a quedar sin amigos, yo sí estaré allí), Migue (después perdí la ocasión de tenerte como amigo),David Borrego y algunos más que me llenarían el post. Basta con terminar diciendo que mi primo Fran fue algo muy especial a lo largo de la carrera. Nos reímos muchos yendo y viniendo para Dos Hermanas para nuestro importantísimo programa de radio.
Terminando la carrera me topé, cuando comenzaba a creerme algo del periodismo (era joven, feliz e indocumentada y Prisa no nos había comprado aún), con mi íntima amiga Amalia Bulnes (te quiero) y con Angela Cañal (amigopoziempre). Creedme si os digo que estuve muchísimo tiempo sentada en los mismos escalones, aunque no estuviera allí, aunque tuviera que ir a trabajar por la noche en ese famosísimo renault 5 amarillo con una puerta roja...Y, ahí sí, no era la misma. Era mucho más intensa y los amigos de la noche se pierden...Con la noche. Con el trío Ginos era feliz, era la dicha metida en unos pantalones de Zara, ellas eran mis escalones.

Olga Granado fue para mí un fichaje absoluto, lo concreto y lo generoso en un mismo bloque, así como su tándem (Evita y Mamen). Y mucho más gente como Marta Morillo (hicimos varios co-cumples) y otros como Víctor, ya casado y con descendencia. Mi talismán.....

Pero necesito unas líneas más y no tengo ningún jefe (jejej), para que aparte de mi burrita y la bul, mencione, como amiga de los escalones de Antonia la del Pan, a mi caramelito Karmentxu, que love she foreva y a mi Rocío de mi vida, la última en mi visitarme y verme la carita . La de ella, como siempre era una sonrisa perenne. O perene como diría mi santa madre y mi querida abuela a las que quiero desde la distancia absolutamente. Igual que a mi Chary, mi hermana, mi compi, mis peleas, mi refugio...
En todos estos momentos siempre ha estado alguien en mi interior, no sentada en la escalera sino queríendome sin compromisos:
mi tia Rosario te quiero guapa, te quiero en una familia donde decir te quiero es algo raro. O que le pregunte a mi tito y su ejemplar Mari Angeles.

Y os quiero a todos, incluido a los que no he mencionado porque esto no es un testamento ni me voy a morir mañana (Macarena me acuerdo de tí, rosi también de tí, jarumi miyai, lua, vivi....). Of Course el siismo es sangre de mi sangre (Anita y Miguel) y aquí estuvisteis para demostralo-Olé por Mosiguardddd

Ojalá este morir un poco de hoy sirva para que algunos me escribais y no dejemos que la vida se nos vaya porque yo haya cumplido 33. Que ego dios mio. Soy la misma jajaja. Lo bueno empieza ahora.....Y, por favor, que no quiten nunca esos escalones, ahí están mis raíces, aunque ahora esté muy muy lejos.


Os quiero a todos.
ala, 33 besos pa repartir
PD: ay, no me riñas Inma, no me riñas Fabián, no me riñas ................... (pon aquí tu nombre) porque sabes que a tí también te quiero.

4 comentarios:

RRock dijo...

Qué bonito artículo has escrito. Gracias por considerarme un escalón en tu vida. Yo tambien guardo buenos recuerdos en los que estás tú. Un abracito y feliz cumpleaños!!!.

Anónimo dijo...

Felicidades Pakita! Este año tampoco te puedo regalar un libro con dedicatoria,como los otros. Isabeli y yo nos acordamos mucho de tí, de tus pisitos-polveros por los que hemos pasado unas cuantas parejas, de los atracones de comer unas tapitas, el año de las crisis por las calles y todos nosotros cagaos de miedo y tú diciendo " no pasa ná",tantos días juntos, la rosa en la nalga. Besos mil. Te añoramos mucho Pakita.

Anónimo dijo...

No os podeis alcanzar a imaginar como me gustan que me comenten. Y que me repliquen. Besos hermosos a todos los de los escalones de Antonia, sobre todo para los que no incluí.

Unknown dijo...

Joé, Paquita, casi no puedo escribir... Tú ya sabes que yo soy de lágrima fácil. Algún día volveremos al Gino's embutidas en nuestros pantalones negros de Zara (esos que de tanto uso dudamos un día si seríamos capaz de despegarlos de la piel). Pues bien, tú lo has conseguido, ahí sigues pegada, como una calcomanía caprichosa que el niño quiere conservar y resguarda de los refregones de la madre. En este caso, resguardada de los refregones de la vida y la distancia. Te quiero. Es todo lo que te puedo decir. Que me has dado mucho en la vida y que, aunque tarde, hay amistades que parece que siempre existieron. No imagino mi vida sin conocerte.