Armar paseos significa planear viajitos con el condicionante de que estamos...En Colombia! No es fácil creerlo aún. Por cierto que el verbo armar sirve para algo muy importante acá:
armar varillo es hacerse un porro. Imagina armar un paseo mientras armas un varillo. Es
tenaz. Te hace amar el verbo armar. Uno de esos deliciosos paseos comenzó en
Pantanillo y terminó en
El Retiro. Allí, rodeados del verde que te quiero verde, nos enteramos de qué es un
ojodepoeta o de cómo se saca la
escopolamina y de cuáles son sus usos. Un parche del "jugo" del árbol denominado
Borrachero puede dejarte como un autómata. Aquí, como en otros muchos países, se usa de las dos maneras universales: la buena y la mala. Como todas las drogas, pues. Armando que te armando emprendimos otro paseo rumbo a
Carmen del Viboral, un encantador pueblo donde comimos unos
frijoles bostonianos, trucha y hamburguesas. También fuimos a
La Ceja, donde pasamos
rico, delicioso en jerga paisa. Lo pasamo flipante, sabe, en jerga
alamedera. Desto que no conoces a la gente pero disfruta, sabe?



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